Mucho se habla de la futura rivalidad entre Jannik Sinner y Carlos Alcaraz, como relevo de la que tuvieron durante tres décadas Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic.
El italiano y el español, de 22 y 20 años, respectivamente, ya son el nuevo Big2 del tenis mundial. Así lo reflejan los números, especialmente en el inicio del presente curso.
Por primera vez en la corta carrera de ambos se han relevado en el ranking ATP: Sinner pasó a Alcaraz tras el título del Miami Open e iguala los 13 entorchados del pupilo de Juan Carlos Ferrero.
De igual forma, nunca antes se habían repartido consecutivamente dos coronas de torneos de categoría Masters 1000, que, además, son Indian Wells y Miami, los dos primeros del calendario.
Los precedentes de 2007 y 2012
Carlitos y Jannik han logrado algo que el Big3 sólo pudo conseguir en dos ocasiones a pesar de repartirse hasta 104 títulos en los bautizados TMS: Djokovic (40), Nadal (36) y Federer (28). En 2007, Nadal se impuso en el desierto californiano e inmediatamente después Djokovic ganó en Miami.
En 2012 fue Federer el que se impuso en las pistas del Tennis Garden y Nole le secundo en Cayo Vizcaíno. La nueva rivalidad del circuito, entre Alcaraz y Sinner, se traslada a partir de este próximo domingo al polvo de ladrillo de Montecarlo.
Alcaraz acaba con la imbatibilidad de Sinner y repite final en Indian Wells
"La gira de dura me ha ido muy bien, pero ahora viene la tierra", afirma. Ha jugado hasta ocho veces con el murciano -cuatro victorias cada uno- aunque sólo hay un enfrentamiento sobre la arcilla, en Umag 2022. Carlitos, que perdió el domingo el segundo puesto de las listas en favor del tenista de San Cándido, fue el primero en felicitarle a través de las redes sociales.
Los dos abanderados de la multinacional Nike sí rivalizan como imagen de Gucci y Louis Vuitton o de las raquetas Head y Babolat. Tanto el español como el italiano viven una vida normal fuera de la competición.
Lo primero que hizo el campeón de Miami, tras ser el primer jugador de su país en inscribir su nombre en el trofeo, fue ir a comer una pizza: "Mis padres no pueden viajar porque trabajan. Que me vaya bien no cambia nada". Alcaraz, a su llegada a España, se fue a jugar a golf para desconectar del tenis. El éxito de la normalidad.
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